Friday, March 24, 2006

 

Elecciones

Éste es el tan esperado "año electoral". Pero, ¿qué es lo que vamos a elegir? ¿Podremos decidir sobre el destino de la fortuna de Carlos Slim? Hace un par de años, estaba convenciedo de votar por el peje, pensando que, considerándome de izquierda, esa era opción menos peor. Ya cambié de parecer. Desde que Yeidckol Polevnsky (¿así se escribe?) se postuló para gobernar al Estado de México, y teniendo como opciones a un tal Rubén (¿Mendoza? -su propagando no incluía su apellido) y a un Peña Nieto (cuya linda y sonriente cara tuve la oportunidad de ver repetida hasta el cansancio), decidí anular por primera vez mi voto. Mi primera decepción, tardía y producto de una ingenuidad política típica del mexicano, se produjo cuando Cárdenas se negó tercamente a apoyar al peje. Yo voté por Cárdenas dos veces, en el 94 y en el 2000, y me desconcertaba que no tuviera la ética que tuvo Heberto Castillo en el 88.

Pero el caso de la Polevnsky, junto con el de Bejarano, me hartaron del PRD. Todavía pensaba en votar por el peje, y me alegré mucho cuando Fox se echó para atrás en la batalla del desafuero. Pero después, conforme pasaban los meses, y la fortuna de Slim seguía creciendo sin freno, fui notando cómo el señor López no trataba los temas que considero fundamentales, como el reparto inteligente (por no decir justo) de la riqueza de toda una sociedad. No creo que este señor López, casi seguramente el próximo presidente de México pueda hacer nada para cambiar las cosas. El señor no tiene los pantalones ni las alternativas como para enfrentarse de veras a los demonios del capitalismo.

Así que, ¿qué elegiremos este año, la otra campaña? Nuestra elección se reduce a elegir quién seguirá haciéndose PENDEJO en la silla presidencial por los próximos seis años. Sigo pensando que el peje, débil cuan es, es la opción menos peor. Pero no votaré por él. ¿Por qué habría de votar por un político desgüevado, por el mayordomo de Carlos Slim? Digo, y tomo al señor Slim como bandera, porque tenemos una larga lista de explotadores, pero en definitiva Slim es el héroe de los depredadores en esta zona geográfica llamada México.

¿Existe una solución a los problemas "nacionales", que en realidad son mundiales? Existe, existe. Por supuesto que existe. Pero no depende de la "clase política". Claro, depende del "pueblo", o mejor dicho, de Los Pueblos del Mundo. Pero, particularmente en el caso mexicano, depende del pueblo de Estados Unidos. Sí. Mientras que el pueblo estadounidense continúe atorado en su impasse político, las cosas no cambiarán mucho para México. Eso no quiere decir que no tengamos obligaciones los mexicanos, pero sí quiere decir que por más que nos "pongamos las pilas" (y haciéndolo podríamos alterar significativamente la política de Estados Unidos, dando un buen ejemplo), si no se altera la estructura del Imperio, la inercia del patio trasero seguirá siendo, a grandes rasgos, la misma.

Básicamente, el gobierno de Estados Unidos fue concebido originalmente con una división de poderes en donde el poder más importante era el Congreso. Actualmente, el Congreso ha cedido su poder al ejecutivo, con un Bush apoderado extraordinariamente para atacar militarmente, si bien le viene en gana (por ejemplo), a Irán. Los ricos pagan menos impuestos, y el complejo militar-industrial (identificado por Eisenhower como un peligro) es más poderoso que nunca. Con un presupuesto militar que supera al del resto del mundo junto, Estados Unidos es, sin embargo, un enorme espantapájaros incapaz de someter a un par de naciones empobrecidas por décadas de guerra. Las asignaciones presupuestales del gobierno de Bush son exactamente lo contrario de lo que la mayoría de los estadounidenses desea. Se recorta la social security, los gastos en educación, mientras que aumenta el presupuesto militar. Y no será sino hasta que se rompa esa inercia que habrá cambios significativos en México.

Y como el señor López no tiene o no demuestra tener el entendimiento necesario para atender los problemas nacionales, me niego a elegirlo. Anularé mi voto nuevamente. Votaré, y no le tengo fe tampoco al sistema electoral, en donde el más ignorante de los ciudadanos, sin ninguna consciencia política, histórica y económica, puede votar, y su voto vale lo mismo que un voto ponderado y meditado. Tampoco me interesan los que piensan que, no votando por el peje, ayudo a la derecha.



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