Wednesday, December 09, 2009

 

One hand tied around your balls.

Recuerdo que en la película Platoon el sargento Barnes, acusado por el sargento Elias de haber matado ilegalmente civiles, se queja de éste último, describiéndolo como a water-walker like those politicians in Washington trying to fight this war with one hand tied around their balls.

Argüiblemente tiene razón. No puedes iniciar una pelea y dejar la ofensiva a medias. Al enemigo hay que exterminarlo, o, por lo menos, ser absolutamente implacables con él. Esto se sabe desde la antigüedad. Ahora le llamamos a esta práctica "genocidio", antes era sencillamente "guerra". Pretender que se puede hacer la guerra sin un genocidio de por medio es un engaño más o menos moderno, un truco de lenguaje, de political correctness.

En México, la guerra entre facciones de narcotraficantes -todas tienen entremezclados a civiles narcos, policías y soldados- es implacable y, hasta cierto punto, genocida. Se exterminan entre ellos, toman prisioneros sólo para extraer de ellos información antes de ejecutarlos. Es decir, no toman prisioneros a menos que, me imagino, encuentren razones para ello. Definitivamente no pelean with one hand tied around their balls.

Otra es la historia de la clase dirigente en México. Calderón pretende "pelear", contaminado por el espíritu gringo, una guerra más o menos aséptica. Pretende emplear al ejército como una especie de "policía pesada" (pensando en términos como "caballería pesada" o "artillería pesada"), y por supuesto, no logra su cometido.

Esto es porque el ejército ha de emplearse implacablemente, y por lo tanto, es sólo la última opción. Ha de concentrarse un contingente muy numeroso, y, armado y apertrechado apropiadamente, debe lanzarse sin remordimientos y con la sola intención de acorralar y exterminar al oponente, y capturar o destruir su infraestructura. Si no se está dispuesto a tal barbarie, entonces debe procederse con una estrategia política, legislativa y judicial, pero definitivamente sin hacerle al güey, with one hand tied around your balls.

Del mismo modo pretenden "pelear" los gringos. Olvidan que Estados Unidos se edificó sobre los huesos de los que habitaban su territorio. Es el único modo de ganar una guerra. Los nazis lo entendían parcialmente. Si bien realizaron un esfuerzo extraordinario para exterminar, se limitaron sólo a ciertos segmentos, considerados indeseables, de las poblaciones de los territorios conquistados. Tenían un problema de escala, pues a pesar de invertir cuantiosos recursos, preciosos y escasos -y terriblemente necesitados por sus ejércitos- en su "solución final", la escala era inalcanzable. Pero tampoco le hicieron al güey.

Durante la segunda guerra mundial, los gringos y los ingleses no pretendían tanto conquistar territorios; su prioridad era detener y derrotar los implacables avances alemán y japonés, pues era una condición sine qua non para conquistar y/o controlar territorios, mercados y recursos. Para lograrlo, practicaron la "guerra" en su versión no-hipócrita. Bombardearon Alemania y Japón sin misericordia. No le hicieron al güey. La historiografía narra que, por ejemplo, los gringos bombardeaban Alemania de día para tener mayor presición y reducir las bajas civiles, mientras que los ingleses, preocupados por sus pérdidas aéreas diurnas, habían adoptado el area bombing nocturno, que consideraban más efectivo. Pero es un truco historiográfico. El objetivo era destruir Alemania, esto es, causar bajas civiles y destruir la infraestructura. Y lo lograron.

No se recomienda pelear a menos que se ataque con decisión, a fondo, sin remordimientos, sin consideraciones, sin misericordia. Si se pelea a medias, hipócritamente, con "rectitud política", el resultado será, casi invariablemente, encontrar a un adversario furioso e implacable, atizado por la ineptitud del atacante, dispuesto a llevar la confrontación a sus últimas consecuencias.



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